Se baten quince claras de huevo a punto de nieve, que queden muy finas para duras.
Entretanto, se baten aparte las yemas, añadiéndole a éstas, cuando estén batidas, tres cuartos de kilo de azúcar en polvo, trescientos setenta y cinco gramos de manteca y seiscientos de harina, agregando después algo más de ésta, si fuese preciso.
Estando todo bien mezclado, se le incorporan las claras, se remueve bien y se va poniendo a cucharadas la pasta, sobre latas engrasadas, y a distancia, para que no se unan unas a otras, cociéndolas en el horno.