Para veinte huevos, libra y media de azúcar, un kilo de harina de Castilla, una tacita de aceite frito y una copita de aguardiente fino.
Se baten mucho las claras, hasta que estén bien firmes; después se baten las yemas, aparte, reuniéndolas con las claras, cuando estén batidas. Hecho esto, se les va echando la harina, poco a poco, y tamizándola, poniendo en último término el aceite y el aguardiente; todo se va echando sin parar de batir.
Cuando está bien batida y mezclada la pasta, se coloca a cucharadas sobre latas engrasadas, haciéndolas más o menos grandes y a alguna distancia, para que no se unan unas a otras, y con una almendra pelada en medio. Se cuecen en el horno al sacar el pan.