Se despluman, vacían, limpian y engrasan en su interior con manteca de cerdo las aves, dorándolas luego con manteca, de la misma clase, sal y una hoja de laurel.
Después se tienen lavados unos pimientos colorados, gruesos y despojados de rabo y semillas, introduciendo en cada uno de éstos una codorniz.
En manteca también se les da una vuelta a los pimientos, con las aves dentro, rodándolos con mucha frecuencia, de caldo y vino de Jerez, mezclados, asándolos después a fuego vivo en el horno o en cacerola cubierta con lumbre, en una tapadera, tardando en asarse de quince a veinte minutos.