Se eligen bien maduras, y puestas dentro de una cesta se escaldan en agua hirviendo o en lejía filtrada, como las pasas.
Para esto se introduce la cesta en el agua o lejía hirviendo; se tiene allí un momento, hasta que vuelve a hervir; se sacan y se secan al sol, como las pasas y los higos, guardándolas cuando estén pasadas, en cajones colocados en sitio seco.