Se cuecen en agua con sal, se escurren y parten en ruedas gruesecitas, y, teniendo hecha una bechamel, regular de espesa, se van colocando en una cacerola o fuente que resista al fuego.
Se ponen por capas una de ruedas de calabacines o berenjenas y una capa de bechamel, y así hasta terminar por una capa de bechamel que lo cubra todo.
Se mete en el horno por veinte o treinta minutos, sirviéndolo en seguida.