Se tienen preparados unos cajoncitos de papel de barba, untados de aceite fino o manteca; estos cajones se endurecen más aún poniéndolos boca abajo, en latas, y teniéndolos, un momentito nada más, en el horno.
Se dejan a un lado; para rellenarlos luego con una mezcla que se hace deshaciendo en leche 200 gramos de harina, un poquito de sal, nuez moscada, mantequilla y pimienta.
Todo esto se trabaja bien en una cacerola puesta al fuego, hasta que espese un poco; se aparta entonces de la lumbre y se le echa queso parmesano, se revuelve para que se mezcle y en estando medio frío, se le agregan ocho yemas de huevo, mezclándolo bien todo. Se le ponen después las ocho claras, muy batidas, y se mezcla poquito a poco, y bien unido todo, se llenan las cajitas, que no llegue la mezcla a los bordes; se espolvorean de queso parmesano rallado; se meten en el horno y se sirve en los cajones, puestos en una fuente, sobre una servilleta.