Para preparar este plato como es debido se han de observar unas cuantas reglas necesarias, porque si no, no resulta bien.
La carne debe ser de lomo o solomillo de vaca, cortado al través, y matado el animal el día anterior.
Debe asarse en el momento preciso de servirlo, sin darle vueltas por un lado hasta que esté tostado por el otro, porque así el jugo de la carne se reconcentra en su interior y, servido inmediatamente, no pierde nada de su mérito y resulta más nutritivo y tierno.
La sal no debe ponérsele hasta el momento de servirse.
Teniendo en cuenta todo esto que complica bastante este tan sencillo plato, al parecer, se toma el lomo o solomillo de vaca, se parte al través de la hebra, se aplasta un poco con el mazo, se empapa en manteca y se le pone a asar en la parrilla a fuego vivo, sin llama, y no volviéndole del otro lado, como se ha dicho, hasta que esté tostado.
Cuando esté hecho se coloca en una fuente caliente y sobre una salsa compuesta de manteca, sal, perejil muy picado, un polvo de pimienta y zumo de limón, sirviéndole bien empapado por todos sus lados en esta salsa.