Se despelleja, vacía, limpia y parte en pedazos un conejo, que después se pone en una cacerola con cien gramos de manteca, sal, pimienta negra molida, un par de dientes de ajo y un vaso de agua caliente.
Así preparado, se coloca sobre el fuego para que cueza, y conforme se vaya el caldo consumiendo, se le va añadiendo más agua caliente, hasta que quede casi cocido y con la misma cantidad de caldo aproximadamente que cuando empezó a hervir, y se aparta entonces.
Una vez apartado, se forma un picadillo con medio kilo de tomates sin piel, un diente de ajo, cinco o seis pimientos verdes y un par de cucharadas de perejil. Este picadillo, después de rehogado en la sartén con manteca, se pone sobre el conejo, colocando al fuego la cacerola; se echa en ella la sal y pimienta precisas para sazonarlo con medio kilo de arroz, que se revuelve bien con todo, agregándole dos vasos buenos de agua, lo cual se deja hervir hasta que esté cocido el arroz, resultando esta cantidad suficiente para ocho personas.
De este modo puede hacerse el arroz con pollo, gallina, pichones, etc.