Se baten seis yemas de huevo, añadiéndoles poco a poco dos cucharadas de harina. Cuando está esto bien mezclado se le agrega una botella de vino e igual cantidad de agua, batiéndolo todo muy bien hasta incorporarlo perfectamente. Estando todo muy batido se le añade azúcar y unas ruedas de limón sin pepitas, pero con su cáscara.
Hecho esto, se pone a calentar a fuego fuerte, sin dejar de moverlo, hasta que vaya a hervir, en cuyo momento se aparta, para evitar que cueza, porque se estropearía. Entonces se coloca en la sopera y se le va echando, a cucharadas, clara de huevo batida a punto de nieve, que se espolvorea con canela, y se sirve.
Esta sopa, muy típica en Alemania, es de un sabor agradable y resulta muy bien.
Cuando en estas preparaciones alemanas se emplea vino, debe tenerse en cuenta que en aquel país es bastante más flojo y no tiene la graduación que nuestros vinos.