Se tiene preparada una onza de sémola muy fina por cada vaso de leche.
Se pone la leche en una cacerola al fuego, y cuando levanta el hervor, se le añade la sémola, moviéndola sin parar, para que no se agarre y apartándola cuando haya cocido un poco.
Así que está medio fría se le pone un huevo batido por cada vaso de leche, se mueve bien; se espolvorea de azúcar blanca tamizada y se tiene en el horno, por espacio de cuatro a seis minutos.