En una cacerola se pone un cuarterón de manteca fresca de vaca, en unión del zumo de un limón pasado por tamiz, tres yemas, de huevo y medio vaso de agua fresca o caldo de pescado, si con éste ha de servirse la salsa.
Todo esto se trabaja sobre fuego suave con un tenedor o unas varillas, procurando, que la mezcla no cueza. Cuando esté espesa se aparta del fuego, y se sirve, siendo muy a propósito para pescados y verduras, poniendo para estas últimas, caldo en vez de agua, como hemos dicho.