Para ocho yemas de huevo, seis onzas de avellanas, seis onzas de almendras, molidas y tostadas las dos cosas, y seis onzas de azúcar tamizado.
Todo esto, unido, se amasa bien en un barreño, trasladándolo luego a la mesa, espolvoreada de harina, para hacer las rosquillas en forma de rollitos estirados, cociéndolas luego en el horno, flojo, sobre latas engrasadas con aceite.