Puede hacerse en todo tiempo, ya que en su confección entran castañas peladas o pilongas.
Éstas se toman en cantidad de un cuarto de kilo, poniéndolas en remojo por tres o cuatro horas, cociéndolas después en agua con sal, anís y un poquito de perifollo.
Cuando estén cocidas, sin deshacerse, se apartan, escurren y machacan en el mortero, formando con ellas una pasta. Ésta se hierve con el caldo, mezclando éste en la cantidad necesaria para darle más o menos espesor. Cuando cueza suavemente, sin parar de moverlo por espacio de diez a quince minutos, se cuela, y sirve.