En proporción para una libra de macarrones se rallan tres onzas de queso.
Se cuecen los macarrones en caldo o agua, con sal; cuando están cocidos se escurren y ponen por capas, en una cacerola o fuente que vaya al fuego; alternando una capa de tomates, otra de salsa de asado, otra de macarrones y otra de queso rallado, debiendo terminar por la de salsa, y cuando todo esté colocado, se pone un rato al horno, para servirlo luego.