Se fríen unos ajos con bastante manteca, que luego se apartan, poniendo en su lugar el lomo para que se rehogue, y así que se le haya dado unas vueltas se le añade leche, hasta un litro, poco más o menos, dejándola consumirse, para que quede en la grasa.
Se puede hacer de ternera; pero resulta mejor de cerdo, siendo un plato tan sencillo de preparar como exquisito. Si gusta la pimienta puede ponérsele un polvo; pero no es preciso.