Se exprimen una o más docenas de naranjas, se filtra el zumo, y se toma por cada docena las cáscaras de dos de ellas.
Hecho esto, se pesa el zumo, y por cada kilo de éste se pone kilo y medio de azúcar, para clarificarla y cocerla, hasta que tenga el punto de bola. Cuando haya tomado dicho punto, se une al zumo filtrado, cociendo de nuevo el jarabe, hasta que tenga treinta y dos grados, añadiendo un poquito antes de conseguir esto, las cáscaras de naranja preparadas y lavadas.
Cuando está en punto, se aparta y deja enfriar, para filtrarlo y embotellarlo así que esté frío.