Se clarifica un almíbar que tenga bastante punto, de modo que quede muy claro y transparente.
Cuando esté hirviendo se pone en él la fresa o cualquier otra de estas frutas, que ha de estar bien escogida, entera y limpia. Al empezar a hervir de nuevo el almíbar, se aparta y deja reposar hasta el siguiente día.
Esta operación se repite exactamente por espacio de cuatro o cinco días y pasados éstos, teniendo el almíbar en punto, se deja enfriar y guarda en frascos.
Siempre que haya que guardar algún dulce, no se debe poner en los tarros hasta estar completamente frío, ni se debe dejar mal tapada la vasija. Para la grosella y frambuesa, se procede lo mismo.