En un litro de leche se pone una pequeña jícara de café muy cargado.
Se baten muy bien seis yemas y una clara de huevo; se les echa café con azúcar al paladar, se le añade una cucharadita de harina de almidón y se le mezcla la leche; cuando está bien deshecha la harina, se echa el líquido, poquito a poco, para que no se formen grumos.
Se pone esta mezcla en una cacerola a fuego lento, sin parar de moverla, siempre para el mismo lado, y cuando espesa, sin llegar a hervir, se coloca en una fuente y se deja enfriar.
Si se quiere servir en copitas, como los helados, se pone en ellas, y el copete se forma batiendo dos o tres claras muy firmes con azúcar y una cucharada de vinagre o zumo dé limón. Colmando las copas con esto, como si fuesen de mantecado, resultan muy vistosas.