Para un cuartillo de leche, siete yemas de huevo, que se baten mucho en el perol con el azúcar; se le agregan luego dos o tres cucharadas de flor de almidón, y estando todo bien desleído se le va echando la leche en cortas proporciones, para que no forme grumos.
Cuando esté todo bien mezclado, se prueba, para ver si queda bien de azúcar, y se pone a fuego muy suave, sin dejar de mover para un lado solo, porque si se vuelve la mano, se cortan.
Se conocerá que está cuando se va adhiriendo a la cacerola; entonces se aparta y sigue batiendo otro poco fuera del fuego, pudiendo servirse.