Se parte en trozos, que se secan con un paño, y hecho esto se tienen en infusión por espacio de ocho o diez horas en vino blanco bueno.
Se sacan del vino, se escurren, rehogándolos en aceite con cebolla frita, y añadiéndoles pimienta y clavo, se les agrega, para que cuezan, el vino de la infusión.