Preparada y picada convenientemente la carne del cerdo, siendo lo más corriente picar ésta en la máquina por la placa mediana, se coloca extendida, en la artesa grande, se espolvorea de sal finamente machacada, y se le da una vuelta, amasando la pasta con los puños, como si se tratase de masa de pan.
Se le unta con dos o tres puñados de ajo machacado, según la carne que haya, se le va echando pimiento molido hasta que adquiera un hermoso color rojo, y se deja reposar para luego probarlos.
Así se hacen los chorizos extremeños en la mayoría de las casas y en las salchicherías.