Es un dulce casero muy sabroso y tierno, cuando se hace como es debido, y que a pesar de su sencillez aparente, requiere habilidad, teniendo fama los que se confeccionan en el pueblo de Navalvillar de Pela.
Para una mitadilla de aceite dos de agua, o sea dos partes de agua y una de aceite. Para la mitadilla de aceite 15 centigramos de esencia de anís y canela y la cuarta parte de un cuartillo de aguardiente; harina, la que embeba, sin dejar la masa muy dura, para envolverla con facilidad en las cañas.
Después de bien trabajada la pasta se extiende con el rodillo y se corta en tiras alargadas de unos dos dedos de anchas, que se envuelven o enroscan en unos canutos de caña y se fríen en aceite hirviendo, quitando las cañas así que se van soltando de la masa; una vez frita ésta se sacan y, calientes, se les echa azúcar molida, mas si se quieren con miel, se pone ésta a cocer en una sartén con una poquita de agua, y así que sube se aparta y se le echa un poquito de aguardiente, bañándolos uno por uno en esta composición de miel.