Para una docena de huevos, trescientos gramos de harina de almidón con igual cantidad de azúcar.
Se baten mucho los huevos, y cuando están muy espumosos, se calientan un poco sobre el rescoldo, se apartan y siguen batiendo hasta que vuelvan a tomar el punto; se le espolvorea de prisa con la harina y se le echa el azúcar pasada por el cedazo, sin dejar de moverlo.
Luego se unta el molde de manteca, se vierte en él el bizcocho y se le cuece en el horno.