y Camiro la blanca.
De éstos era caudillo Tlepólemo, famoso por su lanza, a quien
Astioquía concibió del
fornido Heracles, cuando el héroe se la llevó de Éfira,
de la ribera del río Seleente,
después de haber asolado muchas ciudades defendidas por nobles mancebos.
Cuando
Tlepólemo, criado en el magnífico palacio, hubo llegado a la juventud,
mató al anciano
tío materno de su padre, a Licimnio, vástago de Ares; y como los
demás hijos y nietos del
fuerte Heracles lo amenazaron, construyó naves, reunió mucha gente
y huyó por el ponto.
Errante y sufriendo penalidades pudo llegar a Rodas, y allí se estableció
con los suyos,
que formaron tres tribus. Se hicieron querer de Zeus, que reina sobre los dioses
y los
hombres, y el Cronión les dio abundante riqueza.
671 Nireo condujo desde Sime tres naves bien proporcionadas; Nireo, hijo de
Aglaya y
del rey Cáropo; Nireo, el más hermoso de los dánaos que
fueron a Ilio, si exceptuamos al
eximio Pelida; pero era tímido, y poca la gente que mandaba.
676 Los que habitaban en Nísiros, Crápato, Caso, Cos, ciudad de
Eurípilo, y las islas
Calidnas, tenían por jefes a Fidipo y Antifo, hijos del rey Tésalo
Heraclida. Treinta
cóncavas naves en orden to seguían.
681 Cuantos ocupaban el Argos pélásgico, los que vivían
en Alo, Álope y Traquine y
los que poseían la Ftía y la Hélade de lindas mujeres,
y se llamaban mirmidones, helenos
y aqueos, tenían por capitán a Aquiles y habían llegado
en cincuenta naves. Mas éstos no
se cuidaban entonces del combate horrísono, por no tener quien los llevara
a la pelea: el
divino Aquiles, el de los pies ligeros, no salía de las naves, enojado
a causa de la joven
Briseide, de hermosa cabellera, a la cual había hecho cautiva en Lirneso,
cuando después
de grandes fatigas destruyó esta ciudad y las murallas de Teba, dando
muerte a los
belicosos Mines y Epístrofo, hijos del rey Eveno Selepíada. Afiigido
por ello, se
entregaba al ocio; pero pronto había de levantarse.
695 Los que habitaban en Fílace, Píraso florida, que es lugar
consagrado a Deméter;
Itón, criadora de ovejas; Antrón marítima y Pteleo herbosa,
fueron acaudillados por el
aguerrido Protesilao mientras vivió, pues ya entonces teníalo
en su seno la negra tierra:
matólo un dárdano cuando saltó de la nave mucho antes que
los demás aqueos, y en
Fílace quedaron su desolada esposa y la casa a medio acabar. Con todo,
no carecían
aquéllos de jefe, aunque echaban de menos al que antes tuvieron, pues
los ordenaba para
el combate Podarces, vástago de Ares, hijo de Ificlo Filácida,
rico en ganado, y hermano
menor del animoso Protesilao. Éste era mayor y más valiente. Sus
hombres, pues, no
estaban sin caudillo; pero sentían soledad de aquél, que tan esforzado
había sido.
Cuarenta negras naves lo seguían.
711 Los que moraban en Feras situada a orillas del lago Bebeide, Beba, Gláfiras
y
Yolco bien edificada, habían llegado en once naves al mando de Eumelo,
hijo querido de
Admeto y de Alcestis, divina entre las mujeres, que era la más hermosa
de las hijas de
Pelias.
716 Los que cultivaban los campos de Metone y Taumacia y los que poseían
las
ciudades de Melibea y Olizón fragosa, tuvieron por capitán a Filoctetes,
hábil arquero, y
llegaron en siete naves: en cada una de éstas se embarcaron cincuenta
remeros muy
expertos en combatir valerosamente con el arco. Mas Filoctetes se hallaba padeciendo
fuertes dolores en la divina isla de Lemnos, donde lo dejaron los aqueos después
que lo
mordió ponzoñoso reptil. Allí permanecía afligido;
pero pronto en las naves habían de
acordarse los argivos del rey Filoctetes. No carecían aquéllos
de jefe, aunque echaban de
menos a su caudillo, pues los ordenaba para el combate Medonte, hijo bastardo
de Oileo,
asolador de ciudades, de quien lo tuvo Rena.
729 De los de Trica, Itome de quebrado suelo, y Ecalia, ciudad de Éurito
el ecalieo,
eran capitanes dos hijos de Asclepio y excelentes médicos: Podalirio
y Macaón. Treinta
cóncavas naves en orden los seguían.
734 Los que poseían la ciudad de Ormenio, la fuente Hiperea, Asterio
y las blancas
cimas del Títano, eran mandados por Eurípilo, hijo preclaro de
Evemón. Cuarenta negras
naves lo seguían.
739 A los de Argisa, Girtone, Orte, Elone y la blanca ciudad de Olosón,
los regía el
intrépido Polipetes, hijo de Pirítoo y nieto de Zeus inmortal
