deroso Agamenón, semejante en la cabeza y en los ojos a Zeus, que se
goza en lanzar
rayos, en el cinturón, a Ares, y en el pecho, a Posidón. Como
en el hato el macho vacuno
más excelente es el toro, que sobresale entre las vacas reunidas, de
igual manera hizo
Zeus que Agamenón fuera aquel día insigne y eximio entre muchos
héroes.
484 Decidme ahora, Musas que poseéis olímpicos palacios y como
diosas lo presenciáis
y conocéis todo, mientras que nosotros oímos tan sólo la
fama y nada cierto sabemos,
cuáles eran los caudillos y príncipes de los dánaos. A
la muchedumbre no podría
enumerarla ni nombrarla, aunque tuviera diez lenguas, diez bocas, voz infatigable
y
corazón de bronce: sólo las Musas olímpicas, hijas de Zeus,
que lleva la égida, podrían
decir cuántos a Ilio fueron. Pero mencionaré los caudillos y las
naves todas.
494 Mandaban a los beocios Penéleo, Leito, Arcesilao, Protoenor y Clonio.
Los que
cultivaban los campos de Hiria, Áulide pétrea, Esqueno, Escolo,
Eteono fragosa, Tespía,
Grea y la vasta Micaleso, los que moraban en Harma, Ilesio y Eritras; los que
residían en
Eleón, Hila, Peteón, Ocálea, Medeón, ciudad bien
construida, Copas, Eutresis y Tisbe,
abundante en palomas; los que habítaban en Coronea, Haliarto herbosa,
Platea y Glisante;
los que poseían la bien edificada ciudad de Hipotebas, la sacra Onquesto,
delicioso
bosque de Posidón, y las ciudades de Arne, abundante en uvas, Midea,
Nisa divina y
Antedón fronteriza: todos estos llegaron en cincuenta naves. En cada
una se habían
embarcado ciento veinte beocios.
511 De los que habitaban en Aspledón y Orcómeno Minieo eran caudillos
Ascálafo y
Yálmeno, hijos de Ares y de Astíoque, que los había dado
a luz en el palacio de Áctor
Azida. Astíoque, que era virgen ruborosa, subió al piso superior,
y el terrible dios se unió
con ella clandestinamente. Treinta cóncavas naves en orden los seguían.
517 Mandaban a los foceos Esquedio y Epístrofo, hijos del magnánimo
Ífito Naubólida.
Los de Cipariso, Pitón pedregosa, Crisa divina, Dáulide y Panopeo;
los que habitaban en
Anemoria, Jámpolis y la ribera del divinal río Cefiso; los que
poseían la ciudad de Lilea
en las fuentes del mismo río: todos éstos habían llegado
en cuarenta negras naves. Los
caudillos ordenaban entonces las filas de los focios, que en las batallas combatían
a la
izquierda de los beocios.
527 Acaudillaba a los locrios que vivían en Cino, Opunte, Calíaro,
Besa, Escarfe,
Augías amena, Tarfe y Tronio, a orillas del Boagrio, el ligero Ayante
de Oileo, menor,
mucho menor que Ayante Telamonio: era bajo de cuerpo, llevaba coraza de lino
y en el
manejo de la lanza superaba a todos los helenos y aqueos. Seguíanlo cuarenta
negras
naves, en las cuales habían venido los locrios que viven más a11á
de la sagrada Eubea.
536 Los abantes de Eubea, que respiraban valor y residían en Calcis,
Eretria, Histiea,
abundante en uvas, Cerinto marítima, Dío, ciudad excelsa, Caristo
y Estira, eran
capitaneados por el magnánimo Elefénor Calcodontíada, vástago
de Ares. Con tal
caudillo llegaron los ligeros abantes, que dejaban crecer la cabellera en la
parte posterior
de la cabeza: eran belicosos y deseaban siempre romper con sus lanzas de fresno
las
corazas en los pechos de los enemigos. Seguíanlo cuarenta negras naves.
546 Los que habitaban en la bien edificada ciudad de Atenas y constituían
el pueblo del
magnánimo Erecteo, a quien Atenea, hija de Zeus, crió -habíale
dado a luz la fértil tierra-
y puso en su rico templo de Atenas, donde los jóvenes atenienses ofrecen
todos los años
sacrificios propiciatorios de toros y corderos a la diosa, tenían por
jefe a Menesteo, hijo
de Péteo. Ningún hombre de la tierra sabía como ése
poner en orden de batalla, así a los
que combatían en carros, como a los peones armados de escudos; sólo
Néstor competía
con él, porque era más anciano. Cincuenta negras naves to seguían.
557 Ayante había partido de Salamina con doce naves, que colocó
cerca de las falanges
atenienses.
559 Los habitantes de Argos, Tirinto amurallada, Hermíone y Ásine
en profundo golfo
situadas, Trecén, Eyones y Epidauro, abundante en vides, y los jóvenes
aqueos de Egina
y Masete, eran acaudillados por Diomedes, valiente en la pelea; Esténelo,
hijo del famoso
Capaneo, y Euríalo, igual a un dios, que tenía por padre al rey
Mecisteo Talayónida. Era
