Teatro y cine - Shakespeare, señero de siglos
SHAKESPEARE, LECCION PARA ACTORES
Se podría hurgar en el teatro inglés de aquella época y gustar de autores que ayudaron
eficazmente a cimentar el género: Marlowe y, más preciso, Ben Jonson (1573-1637), ejemplos
casi perfectos de la burguesía y de la comedia realista, contribuyeron a formar escuela.
La grandeza de William Shakespeare es tan apasionante que ni siquiera se lamenta su pobreza
biográfica. Basta saber que nació en Stratford-on-Avon en 1561, que se casó con Ana Hataway
de quien tuvo tres hijos. Y, en busca de novelerías, tampoco es seguro que tuviera amores con
la posadera de la "Hostería de la Corona", de apellido
Davenant. Lo que sí se sabe es que fue amigo de Lord Southampton, y que fue actor. Entre las
pocas seguridades que dan sus biógrafos, importa este último dato por la lección que significa
para nuestra época. El mundo de los actores puso en juego sus infinitas condiciones de autor
dramático.
Fue un animador llamado Philips quien lo alentó en sus comienzos. Para él
escribió Las alegres comadres de Windsor, e hizo que un actor llamado Taylor interpretara
magistralmente el papel de Falstaf. Shakespeare fraternizó con el mundo de la farándula, y
actores de la talla de Kempis y Burbage lo secundaron en sus obras. Por último, es a dos
actores, Hennings y Condell, a quien se debe el inmenso servicio prestado a la humanidad al
imprimir sus obras completas.
Las obras de Shakespeare han sido representadas por los mejores actores de casi todo el
mundo.
