Teatro y cine - Teatro antiguo y medieval
GRECIA, CREADORA DE LA ESCENA
Era necesario que una evolución en la cultura de la humanidad llegara a precisar lo que en
potencia existía en las primeras formas rudimentarias de la actividad del hombre. Y así llegó
Grecia. La cultura griega cumple una misión fundamental: determinar las especulaciones del
espíritu y, por lo tanto, dar contornos precisos a lo teatral. La conquista es una de las más
vastas y hay que creer que tiene su origen en el culto a Dionisos. Una serie de cambios nos
lleva al establecimiento de la forma más sustantiva del teatro: la tragedia. De ahí la insistencia
de los helenistas en precisar su origen. ¿Qué significa Dionisos para que se convierta en el
trampolín desde donde el teatro dé su salto vital? Este dios representa una fuerza del genio
griego que ejerce como una profesión la embriaguez y el entusiasmo. Las lamentaciones por la
muerte del dios, expresadas por seres que representaban las fuerzas instintivas de la
naturaleza y que han pasado a la historia con el nombre de sátiros, seguidas de estridentes
voceríos en la resurrección del mismo dios, corresponden a la primera etapa de la formación
del teatro. Todo eso que aparece como informe, contiene en sustancia y amalgamados al
espectador que goza y sufre y a un tema apasionante y dramático que lleva en sí mismo dos
elementos de atracción eterna: la vida y la muerte.
La segunda etapa corresponde a la organización de los primeros elementos que da existencia
regular al ditirambo, o mejor, a la tragedia. Esto lo realiza Tespis hacia el año 536 a. de J. C.
Este suceso capital consistió en oponer al coro un elemento recitativo que además de
constituir el origen del actor en Grecia, sirvió para hacer resaltar y ofrecer materia dramática a
lo que era el fundamento de la representación: el coro y sus danzas. Éste es el momento
grávido en la creación del teatro. La atención obligada de los que presenciaban el acto ya no es
informe, ni el espectador está confundido con los participantes sino que se forma por primera
vez la conciencia divisoria entre el espectador y el actor. Sólo falta el desarrollo completo de
esa conciencia, y que unas gradas den asiento al espectador ideal. El Teatro ya tiene existencia.
La jerarquía ha de llegar después con los trágicos griegos. El edificio ha de ser
desde ese
momento una necesidad y una base de localización. El lugar donde se ha de concretar esa
magnífica realidad ya tiene nombre: ESCENA.