LITERATURA LATINA - Interés de la literatura latina
EL LATIN Y LAS LENGUAS ROMANCES
Las lenguas itálicas, habladas por los antiguos habitantes de la Italia central, constan de dos
grupos principales: el dialecto latino y el umbrosamnita. El latín, lengua de los habitantes del
Lacio, estrecha faja de tierra situada al sur de la desembocadura del Tíber, fue, entre todas
las lenguas itálicas, la única que supo crear una literatura cuyo apogeo coincidió, según
veremos, con el último siglo de la República y los comienzos del imperio. De modestos
principios, el latín llegó a predominar primero en Italia y después en todo el imperio romano
con la expansión de su Estado, y fue en la Edad Media occidental el idioma de la Iglesia y de
la ciencia.
Del latín, mas no del que leemos en las obras clásicas, sino del hablado (no sustancialmente
distinto del literario, pero sí más variado, libre y susceptible de transformación), derivan las
lenguas románicas o neolatinas. Dicho latín vulgar, que no se escribió deliberadamente,
puede reconstruirse acudiendo al estudio
de las inscripciones, al testimonio de los
gramáticos, al examen de ciertos textos, obra de escritores poco correctos de época avanzada,
y a la comparación entre sí del vocabulario de las lenguas romances. Estas son, enumeradas
de Oriente a Occidente: rumano, dálmata, rético, italiano, sardo, provenzal, francés, catalán,
español y gallegoportugués; cada una de ellas con diversos dialectos. El castellano, llamado
español por haber llegado a ser el idioma de toda una nación, presenta en su vocabulario
voces de diversa procedencia (árabes, como consecuencia del contacto del pueblo hispano
con el musulmán durante ocho siglos; ibéricas; griegas, introducidas desde antiguo a través
del latín y del árabe o incorporadas más tarde en virtud de exigencias del tecnicismo
moderno; germánicas, etc.), pero el fondo más abundante y fundamental de su léxico está
integrado por elementos procedentes del latín vulgar, sin que falten junto a éstos los cultos y
semicultos.
La historia de la literatura latina, tal como vamos a examinarla en estas páginas, se divide en
las siguientes épocas: arcaica (240-88 a. de J. C.); de Cicerón (88-42 a. de J. C.); de Augusto (42
a. de J. C.-14 de J. C.); la comprendida entre la muerte de este emperador y el advenimiento
de Adriano (14-117), y desde esta última fecha hasta el siglo VII.