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LITERATURA GRIEGA - Orígenes de la prosa, la historia y la filosofía (Siglos IX - VI A. DE J.
C.)
HERODOTO
Con las postrimerías del siglo v a. de J. C. aparece el primero y acaso el más grande de los
verdaderos historiadores griegos: Herodoto. La antigüedad sobrenombró a Herodoto "padre
de la Historia" y dio a cada uno de los nueve libros en que fue dividida su obra,
probablemente en la época alejandrina, el nombre de una de las Musas. Nacido en
Halicarnaso hacia el año 484, pudo Herodoto contemplar durante su infancia las
postrimerías de la magna lucha entre Persia y Grecia y, más tarde, la repercusión que esta
contienda tuvo en la Hélade en general, y particularmente en Atenas. Impresionado por la
grandiosidad de aquella gesta, concibió el proyecto de darla a conocer a las generaciones
futuras, y en su deseo de documentarse ampliamente, viajó por Egipto, Persia, Fenicia,
Chipre y la Cirenaica. Dotado de un espíritu curioso, estudió mucho, observó atentamente y
logró reunir considerable número de materiales. Más tarde fijó su residencia en la Magna
Grecia, y falleció en Turium hacia el año 420.
La Historia de Herodoto tiene por contenido, como hemos dicho, el relato de las guerras
médicas, pero su autor, con digresiones y episodios frecuentes, extiende sus propósitos muy
allá de esos límites. De cada pueblo que tiene ocasión de mencionar, narra, en efecto, cuanto
le había sido dado averiguar, remontándose hasta los orígenes y abarcando así en su cuadro
-verdadera historia de tipo universal- las vicisitudes de todas las naciones a la sazón
conocidas por los griegos. Respecto al asunto propio de su obra, Herodoto nos da
previamente a conocer los antecedentes del conflicto, describiendo en los cuatro primeros
libros el imperio persa y sus acrecentamientos. Expone luego la lucha entre Asia y Grecia, la
rebelión de las colonias helénicas del Asia Menor, Maratón, los preparativos de Jerjes, las
Termópilas, Salamina, Platea y Micala.
Como historiador, Herodoto es sincero, imparcial y, por lo común, bien informado. No hay,
sin embargo, que buscar en su obra una crítica severa. La imaginación y la credulidad, la
aceptación del elemento maravilloso y de la fatalidad oscurecen con frecuencia su visión de
los hechos. En cambio, como escritor, el mérito de Herodoto está fuera de duda, porque el
estilo de la Historia, sencillo, ingenuo y desprovisto de artificios retóricos, presta a su obra
un singular encanto.