LITERATURA ESPAÑOLA - Siglo XVI: plenitud renacentista
EL TEATRO
Antes que la novela, se va definiendo durante el siglo XVI el teatro, el otro género que
también recibe en la literatura española de esta era fecunda sus primeras formas modernas.
En la evolución presenta como rasgo particular la amplitud estética, esbozada por Encina,
según la cual tiende a integrar, con técnica y espíritu nuevos, elementos diversos. Salva y
recoge la tradición de las representaciones medievales con sus temas religiosos, se asimila
ciertas formas de lo clásico y formas de la comedia italiana del Renacimiento, e introduce
muchos elementos modernos, vertiéndolo todo en un molde inconfundiblemente español. El
resultado de esta integración lo veremos al examinar en qué consiste la creación de Lope de
Vega, inventor de la "gran máquina de la comedia" que dijo Cervantes. Ahora nos
limitaremos a exponer en líneas generales las tendencias de la literatura dramática del siglo
XVI, anterior a Lope, más significativa por su riqueza y la acumulación de nuevas maneras y
temas que por la calidad literaria. Con excepción de la obra de Gil Vicente, el más grande de
los prelopistas, que sólo en parte pertenece a la literatura castellana, el teatro no ofrece en
esta época valores estéticos comparables a los de la poesía -Garcilaso o Herrera-, a los de una
novela como el Lazarillo o a los de la literatura mística, donde encontramos los escritores
españoles verdaderamente universales antes de Cervantes.
Podemos distinguir en el transcurso
del siglo dos etapas bien diferenciadas: la de los
continuadores inmediatos de Encina, en especial Gil Vicente y Torres Naharro; y la de los
prelopistas, entre quienes sobresalen Lope de Rueda y Juan de la Cueva.