LITERATURA ESPAÑOLA - El siglo XV. Fin de la Edad Media. Prerrenacimiento
LA NOVELA SENTIMENTAL Y EL TEATRO DE GOMEZ MANRIQUE
Anuncio de la proximidad de una nueva era literaria es el hecho de que en esta época surjan
las primeras 'nuestras definidas de una novela de tipo más moderno y el teatro, los dos
géneros cuyo desarrollo caracteriza la madurez de las literaturas europeas.
Antes de este momento la prosa novelesca se manifiesta o en el cuento, narración breve de
propósito didáctico casi siempre, o en relatos caballerescos de carácter poético y fabuloso.
Ahora aparece la llamada novela sentimental o amorosa -iniciada hacia 1440 con el Siervo
libre de amor, del poeta gallego Juan Rodríguez de la Cámara o del Padrón- y cuyo modelo
acabado es la Cárcel de Amor, de Diego de San Pedro, compuesta hacia 1465, aunque no se
publicó hasta 1492.
La novela sentimental, influida por Boccaccio y concebida en un ambiente de exaltación
idealista, tiene como tema la pasión amorosa centrada comúnmente en una pareja de
amantes que después de pasar por variados estados emocionales -celos, nostalgia,
desesperación- suelen acabar en la muerte o en el suicidio. Esta novela de forma algo torpe,
no logra cristalizar en un estilo enteramente moderno. En lengua y espíritu está aún llena de
reflejos poéticos, caballerescos y alegóricos, típicamente medievales. Su novedad consiste en
el intento de describir la intimidad de sus personajes, incorporando así al arte narrativo el
elemento psicológico, tan importante en toda la novelística posterior.
Por el mismo tiempo, Gómez Manrique, tío de Jorge y uno de los más finos poetas del siglo
XV, compone las primeras obras teatrales de autor conocido que han llegado hasta nosotros.
Son dos breves piezas de teatro sacro. Una de ellas, la más notable, Representación del
nacimiento de Nuestro Señor, fue escrita para un monasterio de monjas del que era vicaria la
hermana del poeta. La otra trata de un tema que juntamente con el de la Natividad era
tradicional en el drama litúrgico. Se titula Lamentaciones para la Semana Santa. También
compuso Gómez Manrique algunos momos o fragmentos de teatro profano.
Comparadas con el Auto de los Reyes Magos, único resto de la primitiva literatura
dramática, las dos obras de Gómez Manrique significan un avance enorme. Los temas y
figuras del drama medieval aparecen estilizados por una sensibilidad delicada. Sobre todo la
Representación del Nacimiento posee gracia ingenua, limpia emoción en algunas escenas y
trozos de encantador lirismo. En la combinación de motivos bíblicos, alegóricos y pastorales,
dentro de una tonalidad todavía primitiva, anticipa ya aspectos del teatro de Juan de la
Encina.
