LITERATURA ESPAÑOLA - Siglo XVIII: Reforma, Enciclopedia y Neoclasicismo
JOVELLANOS: SINTESIS DE LA EPOCA
EL TEATRO DE MORATIN, HIJO. - Con la comedia de LEANDRO FERNANDEZ DE
MORATIN (1760-1828) produce el neoclasicismo español en sus últimos años las únicas
obras teatrales de algún valor artístico. El concepto de la comedia en Moratín es
estrictamente neoclásico. Véase cómo lo define en el prólogo a sus obras: "Imitación en
diálogo de un suceso ocurrido en un lugar y en pocas horas entre personas particulares, por
medio del cual y de la oportuna expresión de afectos y caracteres, resultan puestos en
ridículo los vicios y errores comunes de la sociedad y recomendadas por consiguiente, la
verdad y la virtud".
Es decir, fin moralizador e imitación de la realidad, unidades teatrales clásicas y pintura de
carácter.
Es ésa la concepción que inspira sus cinco comedias originales: El viejo y la niña, La mojigata,
El barón y El sí de las niñas, su obra más perfecta, en la que con sutileza, buen gusto y
sentido moral plantea el tema de la libertad de la mujer para elegir marido; y La comedia
nueva o el café, sátira contra las exageraciones del teatro melodramático de su tiempo.
La obra de Moratín es suavemente satírica. No tiene ni la penetración psicológica ni la
mordaz ironía de la de Moliere, su maestro y modelo, varias de cuyas comedias adaptó al
castellano. Sus cualidades sobresalientes son la finura, la claridad en la construcción, un
diálogo correcto, sobrio y natural, la nobleza de sentimientos, y cierta destreza para llevar a
la escena situaciones de la vida social corriente. En otro momento estas cualidades no
hubieran dado a ningún autor el rango que le dieron a Moratín, como el primer
comediógrafo de su tiempo. Pero en la España de fines del siglo XVIII, cuando el teatro
estaba dominado por las opacas imitaciones académicas de la tragedia francesa o por los
engendros melodramáticos en que había caído el antiguo estilo español -los que él ridiculiza
en La comedia nueva-, la comedia moratiniana
traía una lección de mesura, dignidad
artística y buen gusto de valor inestimable.