LITERATURA ESPAÑOLA - Posromanticismo y realismo (1850 - 1898)
LA POESIA IDEOLOGICA DE CAMPOAMOR Y NUÑEZ DE ARCE
En el "cuadro general" de la poesía de la época y al hablar de Bécquer, apuntamos la
significación de RAMON DE CAMPOAMOR y GASPAR NUÑEZ DE ARCE, COMO lOS
dos poetas de mayor prestigio en la segunda mitad del siglo XIX. Hacen los dos poesía
filosófica o seudofilosófica, que la mayor parte de las veces es lógica rimada, con un estilo
prosaico y un humor burgués que se burla de todos los ideales en Campoamor; con una
forma cuidada, retórica y un espíritu agitado en apariencia por las inquietudes filosóficas de
la duda en Núñez de Arce. Campoamor definió exactamente en su Poética (1883) el principio
que a ambos les guía: "en lugar del arte por la emoción y la forma, el arte por la idea".
Los dos vivieron muchos años. Campoamor de 1817 a 1901 y Núñez de Arce de 1832 a 1903.
Se formaron en su juventud, especialmente Campoamor, en el ambiente romántico, y en su
obra, pese al pretendido antirromanticismo, conservan tanto en la forma como en la
inspiración, mucho de la escuela contra la que reaccionaban: Campoamor, el
sentimentalismo, a veces la sensiblería, que no logra disimular bajo sus ingeniosas agudezas;
Núñez de Arce, el lenguaje altisonante, el fervor patriótico y las aparatosas lamentaciones
porque la ciencia viene a destruir su fe en el ideal y la religión. Son los poetas posrománticos
típicos en mayor medida que Bécquer, cuya poesía es una superación espiritual del
romanticismo con notas de un lirismo más moderno.
Ambos escribieron mucho como puede verse en la siguiente lista: Campoamor: Ternezas y
flores (1840), Ayes del alma y Fábulas (1842), Doloras (1846), Colón (1853), El Drama
Universal (1853), Pequeños poemas (1872-4), Humoradas (1886-1888), El licenciado Torralba
(1886) y algunos ensayos teatrales y varias obras filosóficas y políticas en prosa.
Núñez de Arce: Gritos del combate (1875), Ultima lamentación de Lord Byron (1879), La
selva oscura y El vértigo (1879), La visión de fray Martín (1880), Hernán el Lobo (1881), La
pesca (1884), Maruja (1886), Poemas cortos (1895) y Sursum torda! (1900). Además de
algunos dramas entre los que sobresale El haz de leña (1872), acerca de la leyenda del
príncipe don Carlos, el hijo de Felipe II, que habían tratado, entre otros muchos poetas y
dramaturgos, Schiller, Alfieri y Quintana.
Aparte de los rasgos comunes, de generación, Campoamor y Núñez de Arce son muy
diferentes, casi opuestos, en temperamento y estilo. A Campoamor, se le recuerda hoy, no
por los poemas largos, continuación de los del romanticismo, sino por el humor, dulzón a
veces, pero más frecuentemente picante, cáustico, intencionado, de sus poesías breves -
cantares, doloras y humoradas-en las que consiguió crear un estilo original.
Por el contrario, lo más característico de Núñez de Arce, aunque escribió algunas bellas
poesías sueltas, se encuentra entre los poemas largos que son, por lo común, leyendas
versificadas de tipo histórico filosófico en las que utiliza el drama intelectual de algunas
figuras del pasado, Raimundo Lulio, Dante, Lutero o Byron, para exponer sus ideas sobre
problemas de la vida y del espíritu. Si por la atención que presta a la forma se asemeja a
algunos parnasianos franceses, por la concepción de la poesía como medio de exposición de
ideas podría relacionársele con el poeta inglés Robert Browning, aunque las diferencias de
estilo y espíritu entre los dos sean fundamentales.