Textos    |    Libros Gratis    |    Recetas

 

.
LITERATURA ESPAÑOLA - Lope de Vega y la creación del teatro español
OTROS DRAMATURGOS DEL CICLO DE LOPE
LAS "MOCEDADES DEL CID". - El valenciano Guillén de Castro (1569-1630) ocupa un lugar
preferente entre los dramaturgos del ciclo de Lope por haber tratado con singular acierto en
sus dos comedias o partes de Las mocedades del Cid uno de los grandes temas épicos de la
tradición nacional. La figura heroica de Rodrigo Díaz adquiere en ellas nuevo relieve
humano. El héroe épico se convierte en héroe dramático.
El Cid de Guillén de Castro no es el de la gesta primitiva, desconocida en el siglo XVI, sino el
Cid juvenil cuya leyenda se elabora en el Cantar de Rodrigo y los romances a fines de la
Edad Media. La primera comedia o mejor dicho la primera parte de Las Mocedades tiene
como asunto los amores del joven guerrero castellano con Jimena, la hija del conde Lozano,
al que Rodrigo da muerte para vengar la afrenta que el soberbio conde cometió contra su
padre, Diego Laínez. El drama gira así en torno al triple conflicto entre el honor, el deber y el
amor. Abundan en él los episodios patéticos dramatizados con exagerado efectismo; y la
acción sufre de un recargamiento perjudicial para la neta delineación de los caracteres. Sin
embargo, Rodrigo y Jimena, la cual termina casándose con el matador de su padre, son
personajes vigorosamente concebidos, y la obra mantiene un elevado tono dramático.
Corneille la tomó por modelo para crear Le Cid, la primera tragedia de tema moderno en el
teatro francés, y aunque profundizó sin duda en el elemento psicológico, no hizo en el
asunto sino seguir las líneas generales diseñadas ya por el dramaturgo español.
La segunda parte de Las mocedades no tuvo la fortuna de la primera, pero no es inferior a
ella, si bien sus valores son de otro tipo. Se basa en otra leyenda cidiana procedente del
Romancero, la del reto de Diego Ordóñez a los zamoranos para vindicar la muerte a traición
del rey Sancho II. El conflicto no es aquí individual y psicológico. El Cid ocupa un lugar
secundario. La nota dominante es la del espíritu heroico colectivo, representado por la noble
figura de Arias Gonzalo, que en el acto final se convierte en el personaje más importante del
drama.