LITERATURA ESPAÑOLA - Literatura gallega
EPOCA MEDIEVAL
Al iniciarse la reconquista, Galicia, la región situada en el extremo noroeste de España,
vecina de Asturias, fue pronto liberada del poder árabe y constituyóse allí un territorio que
tuvo una agitada historia en sus primeros tiempos. A veces independiente como durante el
reinado de Don García, hijo de Fernando II, a veces tributaria de Asturias y León, resistiendo
a varios intentos de invasión de los normandos y alguna incursión de los ejércitos árabes,
Galicia aspiró en varios momentos a separarse enteramente de la monarquía leonesa o a
apoderarse de la hegemonía. Aun después de incorporada, al
parecer definitivamente, al
dominio leonés-castellano en tiempos de Alfonso VI, todavía conoció sus momentos de
mayor esplendor como condado autónomo en tiempos de Doña Urraca, hija del rey Alfonso,
cuando era de hecho regida por Diego Gelmírez, el primer arzobispo de Santiago. A pesar de
su revuelta historia, Galicia gozó en estos primeros siglos de la reconquista de una cultura
cada vez más floreciente, sobre todo a partir del descubrimiento en el siglo IX del sepulcro
del apóstol Santiago. Creció allí la ciudad de Santiago de Compostela, que no tardó en
convertirse en el centro espiritual de Galicia y en uno de los focos importantes de la
devoción medieval.
Aunque las primeras colecciones de poesías en lengua gallega que se conservan pertenecen
al siglo XIII, cabe conjeturar que el gallego, dialecto nacido a la par con los otros de la
Península, adquirió antes que ninguno de ellos desarrollo literario, merced al auge de las
peregrinaciones a Santiago de Compostela y a las estrechas relaciones históricas, eclesiásticas
y familiares de Galicia con Francia. Esto y su propio carácter de lengua dulce y suave, apta
para la expresión del sentimiento, explica que se convirtiese en la lengua poética por
excelencia de la España medieval. Santiago fue probablemente el centro donde, bajo la
influencia provenzal, nació en España la poesía trovadoresca y de allí se extendió a Portugal
y Castilla. Hubo incluso algunos trovadores provenzales de los que visitaban el santuario
compostelano que usaron el gallego en algunas ocasiones. Así parece indicarlo la existencia
de una trova gallega de Rimbaldo de Vaqueiras (1180-1207), cuya composición coincide
probablemente con la introducción del arte provenzal en Galicia.