LITERATURA ESPAÑOLA - Cervantes
OBRAS MENORES. LA POESIA Y EL TEATRO
"LA GALATEA". - Pocos años después de volver a España, después del cautiverio, compone
Cervantes esta novela pastoril, género tan en boga entonces, y la publica en 1585. Faltan en
ella, como en la mayoría de las narraciones del mismo tipo, la unidad de acción y sobre todo,
el palpitar de vida real de sus novelas posteriores. Su prosa tiene un cierto ritmo poético,
pero no ese ritmo perfecto dentro de su naturalidad, que es uno de los prodigios del Quijote.
En la estructura es poco más que un ininterrumpido desfile de pastores de ambos sexos que
en verso y prosa cuentan su historia, entablan repetidos debates sobre el amor y lamentan el
triste suceso de sus aventuras sentimentales.
Lo característico de La Galatea es el exaltado idealismo platónico, idealismo arraigado
profundamente en el alma de su autor. A ello se une el sentido reverencial del arte -también
muy cervantino- presente en toda la novela hasta culminar, casi al final del libro, en la
aparición de la ninfa Caliope, que se alza, envuelta en fuego, de la tumba de Meliso para
hacer el elogio entusiasta de la poesía: "mi oficio y condición es favorecer y ayudar a los
divinos espíritus cuyo loable ejercicio es ocuparse en la maravillosa y jamás alabada como se
debe ciencia de la Poesía".
El culto a la belleza, la visión ideal del mundo, el sentimiento elegíaco de la intimidad
amorosa -productos del alma renacentista, tan acusados en La Galatea- son inseparables de
la concepción literaria cervantina y forman el anverso de su dual imagen del mundo. En tal
sentido esta obra siempre juvenil por la que sintió Cervantes debilidad, cuya segunda parte
deseó siempre escribir -no es meramente una creación casual y de circunstancias, de la que
podamos prescindir-. Es tan representativa de su espíritu artístico y del conflicto en que éste
se apoya, como puedan serlo las páginas más realistas.
