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LITERATURA ESPAÑOLA - Cervantes
LAS "NOVELAS EJEMPLARES"
Con el título de Novelas ejemplares publicó Cervantes en el año 1613 una colección de doce
novelas cortas. Las llamó así, según explica en el prólogo,
porque no había ninguna entre
ellas de la que no se pudiese sacar "algún ejemplo provechoso". Añade que él es el primero
que había novelado en lengua española. Se refería concretamente a la originalidad de los
asuntos, dentro del repertorio de la narración breve, que era a lo único a que se daba el
nombre de novela en su tiempo. Mas hoy vemos la originalidad de Cervantes no sólo en la
invención de los asuntos sino en la actitud estética.
Las doce novelas ejemplares no pretenden ser un reflejo fiel de la vida. Son más bien, igual
que el Quijote, una interpretación poética y moral de ella. Cervantes transforma la materia
que observa con un criterio fundamentalmente artístico. De ahí que sólo con ciertas reservas
deba aceptarse la clasificación que la crítica ha venido haciendo de estas novelas,
dividiéndolas en dos tipos separados: novelas realistas, por creer que reproducen fielmente
cuadros y tipos de la realidad, especialmente del bajo mundo social; novelas idealistas, por
creer que todo en las de este género es poético y ficticio. De acuerdo con esta clasificación
suelen considerarse realistas en su totalidad o en los aspectos dominantes las siguientes:
Rinconete y Cortadillo, historia de dos muchachos que salen en busca de aventuras, y
cuadros de la vida picaresca sevillana centrados en el patio de Monipodio, adonde van a
parar los dos protagonistas. El celoso extremeño, matrimonio del indiano viejo Carrizales
con una joven, seducción de ésta (consumada en la primera redacción, no consumada en la
segunda), perdón final de la mujer infiel cuando el viejo se da cuenta de que ha obrado
contra la naturaleza casándose con una niña y pretendiendo tenerla secuestrada celosamente.
El casamiento engañoso, episodio típico de la vida licenciosa: engaño del alférez Campuzano
por la buscona Estefanía de Caicedo. El coloquio de los perros, continuación de la anterior:
sátira de la vida contemporánea, por boca de los perros Cipión y Berganza. El Licenciado
Vidriera, crítica también social y satírica, aquí por boca de un loco, cuya historia se cuenta, y
final retorno a la cordura. La gitanilla, cuadros de la vida gitanesca, enlazados por el relato
de los amores de Preciosa, la Gitanilla, con un joven caballero convertido pasajeramente en
gitano. La ilustre fregona, aventuras de dos estudiantes nobles, del amor de uno de ellos por
la sirvienta de un mesón en Toledo, que, igual que Preciosa en La gitanilla, resulta ser de
origen noble. Habría que agregar a las novelas de este pretendido carácter realista La tía
fingida, si fuese de Cervantes.
Las clasificadas como plenamente idelistas son: Las dos doncellas, aventuras de dos
muchachas que siguen en hábito masculino al hombre que cada una de ellas ama. El amante
liberal, complicada historia de aventuras y amores de los cautivos Ricardo y Leonisa, con un
ambiente oriental. La fuerza de la sangre, violación de una doncella por un desconocido, de
la que nace un hijo; encuentro final de los padres y santificación del amor ilegítimo por el
matrimonio. La española inglesa, amores ideales de la española Isabel, transportada a
Londres con el inglés Recaredo, amores llenos de obstáculos hasta reunirse los amantes en
Sevilla. La señora Cornelia, unión también de dos amantes, Cornelia y el duque de Ferrara,
después de numerosas peripecias y equívocos; fondo italiano.
Esta es, como hemos dicho, la clasificación tradicional de las novelas cortas de Cervantes.
Pero ni el realismo de las primeras es tan literal y evidente como la crítica pretende, ni el
idealismo de las segundas tan alejado de la vida y de los problemas centrales que en su
visión preocupan a Cervantes.
Las diferencias entre unas y otras son más tenues. Las primeras, las llamadas realistas, se
caracterizan más bien por tener como escenario la vida española -Sevilla, Toledo, Salamanca,
Villadolid, etc.-, por la pintura de costumbres contemporáneas y por presentar tipos y
caracteres tomados de la realidad, con predominio de un ambiente social bajo: pícaros,
gitanos, estudiantes, soldados y
aventureros. Las segundas tienen un escenario exótico -
Oriente, Italia, Inglaterra- y un ambiente aristocrático; las aventuras y los personajes son de
carácter poético, de tradición literaria.
Pero las interferencias son constantes: en casi todas vemos el triunfo del amor puro en
contraste con el fracaso del amor sensual, y la belleza ideal encarnada en la belleza física.
Tan poéticos son en el fondo los gitanos de La gitanilla como los caballeros de La española
inglesa, y hasta lo picaresco de Rinconete y Cortadillo aparece nimbado por la gracia sutil
del arte narrativo.
En todas, con excepción del Coloquio y quizá también del Licenciado Vidriera, en las que se
hace una crítica directa de la vida social, la realidad está sustentándose siempre sobre el
ideal. En todas, la narración se centra en torno al juego, tan cervantino, entre realidad y
poesía, entre la aventura y el estudio psicológico.
Por la riqueza imaginativa, la calidad del estilo, la variedad de personajes y la amplitud de la
observación, las Novelas ejemplares sólo ceden en importancia al Quijote dentro del
conjunto de la producción cervantina. Alternan en ellas la sátira mordaz, pero nunca amarga,
del Coloquio de los perros o la comprensión moral de El celoso extremeño con el aire ligero
de La gitanilla o la cómica estilización de lo picaresco en las escenas del patio de Monipodio.
Y junto a la riqueza inventiva y a la capacidad extraordinaria para pintar toda clase de
ambientes, se transparenta esa inclinación de Cervantes a entregarse por entero en brazos de
la fantasía que triunfa al fin en su última creación.