LITERATURA ESPAÑOLA - Cervantes
BIOGRAFIA Y CARACTER
Nace Cervantes en Alcalá de Henares, la gran ciudad universitaria del Renacimiento,
probablemente el 29 de septiembre de 1547, día del arcángel San Miguel, cuyo nombre lleva.
Fue bautizado el 9 de octubre. Su padre, Rodrigo de Cervantes, era un modesto hidalgo, que,
como otros españoles pertenecientes al rango inferior de la nobleza, ejercía una profesión, en
su caso, la de cirujano. Sobre los primeros veinte años de la vida de Cervantes existen pocos
datos precisos. Se ignora, por tanto, casi todo lo referente a sus estudios. Sólo se sabe que su
familia vivió durante este tiempo, siguiendo los obligados traslados profesionales del padre,
en ciudades importantes -Valladolid, Sevilla, Madrid- y que en esta última fue Cervantes
discípulo de Juan López de Hoyos. Se conjetura también, sin gran fundamento, que pudo
asistir al colegio de los jesuitas de Sevilla y a las aulas de la universidad salmantina.
En sus andanzas juveniles por las ciudades más populosas, haciendo en ellas sin duda la
vida de estrecheces económicas, pero de cierta libertad que la modesta posición de su familia
le permitía, Cervantes debió de absorber con los ideales españoles que en todas estas
ciudades se respiraban en un momento todavía de plenitud, el gusto de la vida andariega.
Adquirió así desde la niñez ese conocimiento directo, preciso, de la existencia en diversas
capas sociales que luego, madurado por la meditación y por nuevas experiencias, lleva al
Quijote y las Novelas ejemplares. Es la suya una educación viva, hecha en el contacto diario
con la realidad, más que educación de libros, aunque ésta no debió de faltar enteramente.
Hay, por otro lado, algunos testimonios de su afición infantil por la lectura.
En cuanto a sus únicos estudios escolares conocidos con exactitud, los que hizo con López de
Hoyos, han probado Américo Castro y Bataillon la filiación erasmista del maestro, que sin
duda dejó alguna huella en el discípulo, traducida probablemente en su apetencia de saber y
en el fervoroso culto que rinde constantemente a la libertad como uno de los grandes
anhelos del hombre.
Llega, pues, a los veinte años Cervantes con un espíritu andariego, formado en una
adolescencia de viajes por España y con una doble ansia de saber y de libertad. Así nació sin
duda en él el deseo de ir a Italia, meta entonces de todos los amantes de la cultura y de la
vida libre.
