LITERATURA ESPAÑOLA - Cervantes
BIOGRAFIA Y CARACTER
ITALIA: LAS ARMAS Y LAS LETRAS. EL CAUTIVERIO. - Se trasladó a Italia hacia 1569.
Fue
allí servidor del cardenal Agua-viva, y poco después entró en el ejército. Luchó
heroicamente, bajo las banderas de don Juan de Austria, en la batalla de Lepanto (1571),
donde recibió dos heridas, una de ellas en la mano izquierda. Después de curado, tomó parte
en otras campañas, especialmente las expediciones contra Túnez y la Goleta. En 1575 se
embarcó para España con cartas elogiosas de sus superiores; volvía con la ilusión probable
de ver allí bien pagados sus servicios. La galera en que iba fue apresada por los piratas.
Empezaron entonces cinco años de cautiverio en Argel, al fin de los cuales, en 1530,
fue
rescatado por unos frailes trinitarios y regresó a su patria.
Había pasado Cervantes doce años fuera de España, los decisivos en la vida del hombre,
entre los veinte y los treinta y tres. Llegaba cargado de experiencias, apagada en parte su sed
de aventuras, con la sombra en el alma de las primeras pesadumbres. Fieles a la imagen
convencional de un Cervantes "ingenio lego", muchos críticos creen que su estancia en Italia
debió ser casi nula en lo que se refiere al contacto con las grandes fuentes de la cultura
italiana; sin embargo, es lógico conjeturar que durante los ocios de la vida soldadesca,
Cervantes, amante del saber, leyese a los autores italianos cuya influencia es evidente en su
obra, penetrando, no irreflexivamente sino con honda meditación, según ha demostrado
Américo Castro, en la substancia del pensamiento renacentista, base ideológica, en gran
medida, de su concepción del mundo.
Pero sobre el culto de las letras prevalece en esta época de su juventud la vocación heroica de
las armas, que en el alma de Cervantes se manifestó con tanta fuerza como su inclinación
hacia la literatura a juzgar por las repetidas muestras que de ello quedan en sus libros.
La valentía de Cervantes se probó durante el cautiverio, en varios intentos de rebelión para
conseguir con su propia libertad la de todos sus compañeros. Era credo suyo que "por el
honor y la libertad se debe arriesgar la vida". Con mayor insistencia aún que los recuerdos
de Italia, muy abundantes, aparecen en la obra cervantina los de Argel. En varias comedias,
en el episodio del Cautivo del Quijote, en alguna novela ejemplar, la imagen del mundo
oriental pasa a las páginas de Cervantes con suaves tintas ideales, románticas.