INGENIERIA ELECTRICA - Qué es la electricidad
Aunque la electricidad rinde hoy más trabajo a la humanidad que todas las otras formas de la
energía juntas, es todavía algo así como un excitante misterio. En realidad, ¿qué es la
electricidad? No la podemos ver, no la podemos tocar, no tiene sustancia, no puede ser llevada,
por ejemplo, como un trozo de carbón, que es otra forma de energía; pero el trozo de carbón
puede ser transformado en electricidad.
A pesar de que la electricidad es uno de los grandes misterios de la naturaleza, se sabe mucho
respecto de ella y se emplean extensamente esos conocimientos.
Y a pesar de que la electricidad no se puede ver, se observan sus efectos, se la mide, gobierna y
utiliza como se desea.
La electricidad ha llegado a ser indispensable en el mundo de hoy, y tiene influencia directa y
muy importante sobre el aspecto económico y social de la vida moderna. Por ejemplo, sin la
electricidad sería imposible la vida en las grandes ciudades y aun en la mayor parte de las
comunidades menores, debido a que esas aglomeraciones de personas dependen de la
electricidad para el transporte, iluminación, comunicación, distribución del agua para la
alimentación e higiene, ascensores, arranque y funcionamiento de los automóviles; e incluso
los aeroplanos no podrían volar sin la electricidad.
Sin la ayuda de ese fluido misterioso sería imposible hacer funcionar los engranajes de la
industria moderna, fundir y moldear los metales, accionar las grúas y maquinarias de toda
clase, y proveer de luz y de muchos otros servicios que disfruta la humanidad, todos
derivados de la producción industrial en masa. Esto significa que no tendríamos casi nada o
absolutamente nada, de los muchos alimentos que hoy fabricamos. Incluso hasta el desarrollo
y empleo de la energía atómica, tal como fue utilizada en la bomba que puso fin a la segunda
guerra mundial, fue posible debido a la electricidad.
Esta es, por excelencia, la era de la electricidad, puesto que el descubrimiento y dominio de
esta formidable y misteriosa fuerza de la naturaleza para producir el trabajo del mundo,
constituye una de las más grandes maravillas de la historia de la humanidad.
El gran desarrollo que tiene ahora la ciencia de la electricidad se debe a los descubrimientos y
estudios de hombres como Edison, Steinmetz, Maxwell, De Forest, Bell, Morse, Franklin,
Faraday, Volta, etc. Como resultado del trabajo de esos hombres de ciencia, el mundo ha
conquistado a un gigante invisible, de fuerza ilimitada y rapidez incomparable, para producir
toda clase de trabajos destinados a mejorar y hacer más confortable la vida de la humanidad.
La electricidad está al servicio del hombre para transportarlo a través de la tierra y del mar,
para iluminar, calentar y enfriar los hogares, tiendas y grandes industrias; para facilitar las
tareas del hogar con el lavarropa o el aspirador, o para hacer funcionar los engranajes de la
industria moderna.
Veamos algunos de los campos en que la industria emplea la electricidad. El motor eléctrico se
utiliza casi universalmente para hacer funcionar las maquinarias que producen la gran
mayoría de los aparatos y productos que se necesitan en la vida actual. Dispositivos de
calentamiento eléctrico de diferentes tipos se emplean tanto en el hogar, como en la industria
para el tratamiento térmico de los metales. Electricidad y procesos eléctricos se requieren en la
industria del refinamiento del aluminio, cobre, oro, níquel, platino, plata y muchos otros
metales.
La electricidad se emplea en la industria química para producir carburo de calcio, soda
cáustica, gas de cloro, y muchas otras materias, incluso explosivos.
La electricidad ha brindado a la medicina muchos medios para el diagnóstico y curación, tales
como los rayos X, los rayos ultravioleta, los rayos catódicos, las radiaciones de alta frecuencia,
la diatermia, y el bisturí eléctrico empleado en la cirugía sin sangre.
Desde las señales por medio de humo que empleaban los pueblos primitivos, se ha llegado
hoy a las comunicaciones enteramente eléctricas; primero fue el telégrafo, luego el teléfono, y
finalmente la radio o telefonía sin hilos, los que permitieron a los hombres trasmitir signos y la
voz, y ahora tenemos la televisión y el maravilloso "radar" de la segunda guerra mundial, que
permite ver objetos completamente invisibles para los ojos humanos. El piloto de un avión que
vuela, por ejemplo, a 3.000 metros sobre la tierra, puede ver en la pantalla de su radar una
fotografía bien precisa del blanco, aun cuando éste se encuentre totalmente a oscuras o lo
oculten nubes que impidan completamente la visión normal. En tiempos de paz, el radar
desempeña un importante papel en la seguridad de la navegación aérea, contribuyendo a
aumentar la seguridad del "vuelo a ciegas".
Otro de los grandes inventos de la ciencia de la electricidad es el "ojo eléctrico", también
llamado "célula fotoeléctrica", que permite reproducir la voz y los sonidos grabados en las
películas cinematográficas, con lo que se ha obtenido otra de las maravillas de la vida
moderna: el cine sonoro. Empleando el ojo eléctrico se pueden transmitir fotografías y
manuscritos por telégrafo y por radio, y, finalmente, también desempeña un importantísimo
papel en la televisión.
En la industria se emplea para vigilar la marcha de las máquinas que fabrican papel, para
contar piezas en la producción en serie, para seleccionar cigarros oscuros y claros, medir la
coloración de líquidos y otras materias, vigilar el funcionamiento de prensas y cuchillas para
seguridad del obrero; se emplea en la soldadura eléctrica, en los letreros luminosos, y en la
iluminación de las vidrieras, y se debe agregar que sólo se han enumerado algunas de las
muchas aplicaciones del maravilloso "ojo eléctrico".
En el campo de los transportes, la electricidad ocupa cada día un puesto más importante. Las
locomotoras eléctricas han conquistado la supremacía sobre las clásicas, pero menos eficientes,
locomotoras de vapor.
Locomotoras diesel-eléctricas de muchos miles de caballos-vapor, así como eléctricas con
provisión de energía por cable, han alcanzado velocidades superiores a 160 kilómetros por
hora, estableciendo nuevos records de velocidad que han acelerado las operaciones de los
ferrocarriles, tanto en el transporte de pasajeros como en el de cargas. Por medio de la
electricidad se cocina, iluminan, calientan o refrescan los coches de pasajeros en los
ferrocarriles, e incluso hasta en los ómnibus y trolebuses.
La electricidad ha permitido la soldadura entre metales con una facilidad y rapidez
sorprendente, permitiendo reemplazar los remaches en la fabricación de automóviles, puentes,
esqueletos de hierro para edificios, vapores, camiones y muchas máquinas industriales.
Estos pocos ejemplos de los vastos alcances de la electricidad han sido mencionados para
mostrar el enorme crecimiento de la ciencia de la electricidad desde su estado experimental
hasta el día de hoy, en que es el verdadero aliento vital de la civilización occidental. ¡Y este
formidable progreso se ha realizado en el lapso de una generación!