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GEOGRAFIA ECONOMICA - Regiones naturales
EL RELIEVE DE LA TIERRA, FACTOR IMPORTANTE
Como hemos visto, las zonas tropicales, subtropicales, templadas y frías en que se divide el
planeta, no son absolutamente uniformes, y existen circunstancias locales modificativas, lo
mismo atmosféricas y meteorológicas que de orden topográfico y orológico. El relieve de la
Tierra es un factor muy importante, no sólo en la modificación de temperaturas, sino también en
el origen y dirección de los vientos, de las humedades y del régimen de lluvias. El promedio de
elevación del suelo sobre el nivel del mar es de 600 metros, pero esto sólo indica que hay
montañas muy altas, como el monte Everest, en la cordillera del Tibet o Himalaya, que alcanza a
8.842 metros. En América del Sur hay 43 picos de más de 6.500 metros de elevación, presididos
por el Aconcagua, en la Argentina, de 7.035. También hay tierras que están por debajo del nivel
del mar, como las del mar Muerto, en Palestina, que se hallan a 387 metros bajo dicho nivel,
parte del desierto de Libia que está a 132, y el Valle de la Muerte, en California, que está a 84
metros.
En la zona tropical, la elevación del suelo atenúa los rigores del calor, particularmente de noche.
La mayor parte de la población de la América Central reside a más de 600 metros sobre el nivel
del mar. Algo parecido ocurre en la República Dominicana y en la isla de Jamaica y en todas
partes donde el relieve del terreno ofrece ese recurso. La mayoría de los mexicanos habitan en el
altiplano central, y la ciudad de México se halla a 2.400 metros sobre el nivel del mar. Colombia,
Venezuela, Ecuador, Perú y Bolivia presentan igual característica; la capital de este último país,
La Paz, está situada a cerca de 4.000 metros. Cuba, igual que otras Antillas, carece de alturas
considerables, pero la favorecen brisas frescas del Norte que, como en la Florida, disipan el rigor
del sol en tenues humedades sobre las anchas y verdes sabanas. El Brasil no tiene prominencias
notables, pero dos tercios del país constituyen un altiplano entre 500 y 1.000 metros de altura.
Exceptuando el azúcar y el arroz, los más importantes cultivos tropicales prosperan mejor a una
altura de 500 a 1.500 metros, donde suelen hallarse plantaciones de café, cacao, mandioca, maíz,
tabaco y otras.
Las variedades de relieve crean también regiones naturales en la zona templada. Los sistemas
montañosos cubren grandes extensiones de Eurasia y abundan los altiplanos de poco
rendimiento agrícola, como los de la meseta castellana y los de la Anatolia, hasta el valle del río
Indo. Las grandes llanuras de escasa elevación son la nota típica de esta zona en lo que a
producción se refiere. Desde Ucrania hasta los lindes, por el Este, y hasta el canal de la Mancha,
por el Oeste, la llanura cerealista y ganadera de Europa provee ampliamente a sus habitantes, lo
mismo que las llanuras balcánicas. Constituye una gran región económica natural, semejante a
la América del Norte, desde el Atlántico a las tierras altas del Oeste, y como la de la cuenca del
Plata en América del Sur. Estas tres regiones, sumadas a la llanura oriental asiática y a la
australiana, bastan para satisfacer las necesidades alimenticias básicas de toda la población del
planeta. Sin embargo, quedan aún importantes regiones naturales de alta y variada producción,
entre las que se puede citar la cuenca del Mediterráneo y California, cuyos recursos están lejos
de agotarse.
En este orden, y teniendo en cuenta las facilidades modernas de transporte e intercambio, las
comarcas y regiones naturales están en condiciones de ofrecer una dieta rica y variada a toda la
población de la tierra, aun en el caso de que llegara a duplicarse. Pero lo mismo que ocurre en
materia de producción alimenticia, ocurre en materia de energía, combustible, producción de
materias primas y artículos manufacturados. Las cuencas del Rin y del Ruhr representan la
espina dorsal de la potente producción industrial europea, cuyos engranajes se extienden por
todo el continente. La rápida industrialización de Norteamérica y la más sorprendente de la
Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas obedecen al hecho de encontrarse naturalmente en
posesión de un extenso arsenal de materias primas y de elementos productores de energía
equiparable al de sus recursos alimenticios. México y Perú son desde antiguo regiones mineras.
Sud Africa es la tierra del oro y de los diamantes. Chile la tierra del nitrato y del cobre, como
Argentina es la tierra del trigo y de la carne, y como la India es la tierra del té, y Malaya la del
caucho. Las regiones tienen, por naturaleza, una fisonomía particular que se traduce en una
producción privilegiada, en una peculiar industria, en una preponderancia mercantil, o en otra
actividad económica singular o destacada. Este hecho, que puede considerarse natural,
tradicional o característico, ayuda enormemente al conocimiento de la Geografía Económica, por
cuanto facilita la asociación de ideas y conduce al mejor conocimiento de las actividades y
ocupaciones de los hombres y también al de sus habilidades y aptitudes. El éxito económico de
los pueblos suele corresponder a su mejor adaptación al medio y a su intuición para conseguir el
máximo rendimiento de aquella industria que está a su alcance. Es lo que hizo navegantes a los
ingleses, granjeros a los suizos y holandeses, metalúrgicos a los suecos, tejedores a los franceses,
comerciantes a los griegos, artesanos a los europeos del centro y el sur, agricultores a los chinos,
pescadores a los noruegos y ganaderos a los argentinos.