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GEOGRAFIA ECONOMICA – Metales básicos e industrias pesadas
LA SIDERURGIA
La máquina para producir pasó, desde luego, a ser el primero y el principal producto industrial.
La máquina se construía con los llamados metales básicos, especialmente acero. El acero se
fabrica y no hay metal que no se mezcle y no se prepare para su utilización; de ahí que lo que
antes tenía escasa importancia, pasase a primer plano, y la gran siderurgia o las industrias
pesadas pasasen a ser, como la producción de energía, el fundamento y la esencia de toda la
industria moderna. Para poder crear una siderurgia potente se precisan tres elementos básicos:
mucho carbón para alimentar los altos hornos, mucho mineral para beneficiar y transformarlo
en metal utilizable, particularmente mineral de hierro y, finalmente, mucha agua para la
refrigeración. Los dos primeros —y algunas veces el tercero— son resultado de la minería, como
lo es, en su mayor parte, la producción de energía y fuerza motriz. Son minerales el carbón, el
petróleo, el gas natural, los metales y muchas materias químicas. Tenemos, pues, que las
regiones ricas en minería estaban llamadas a ser regiones industriales, pero no todas tienen un
clima estimulante, propio para el trabajo intenso y continuado de una colectividad industrial, ni
la densidad de población necesaria para brindar mercado, tanto de trabajo como de consumo, ni
gozan de la estabilidad política que exige la formación de grandes capitales, ni conocen tampoco
la tradición de actividad y de progreso que fecundan las tierras estériles y convierten la pobreza
en abundancia.
La Europa occidental reunía muchas de estas condiciones, particularmente la tradición de
invención y de trabajo, que dio cima al emporio industrial moderno. Pero Norteamérica parece
haber sido expresamente escogida por la naturaleza para realizar en toda su plenitud ese alarde
de lirismo y de potencialidad humanos. Privilegiada en todo, lo único que le faltaba era
población, y su régimen de libertad democrática fue un poderoso atractivo para las poblaciones
europeas. De tal modo, en el cenit de la era industrial, cuando más fuerte es la demanda de
máquinas y herramientas, de materiales para la metalurgia, de hierros para construcciones, de
tuberías y alambres, de planchas y lingotes, de aceros y metales para vehículos, de envases,
precintos y revestimientos metálicos, los Estados Unidos, con su poderosa siderurgia, resultan el
centro de gravedad de la industria moderna, como lo son de la agricultura, de la ganadería, de
las finanzas, y de todo cuanto representa poder económico y tiene relación con la concentración
y la expansión de la riqueza.
El hierro, por sus cualidades especiales, es el metal básico, y el más abundante y barato de todos
los metales. Apenas si se da en estado nativo. Se presenta mezclado con otras materias, de las
cuales la siderurgia sólo aprovecha la magnetita o piedra imán, que es un óxido ferroso-férrico;
el oligisto, que es óxido férrico; la limonita, que es un hidrato férrico, y la siderita, que es un
carbonato ferroso. Las impurezas que se separan del hierro son la alúmina, cal, magnesio, sílice,
azufre, titanio, arsénico, cobre, fósforo y otras, todas aprovechables en muchos sentidos. Las
regiones mineras de los Grandes Lagos y del estado de Alabama producen casi todo el mineral
de hierro beneficiado en los Estados Unidos. Las de Europa son varias, pero las más importantes
son la de Lorena —Luxemburgo, parte de Francia y de Bélgica—, la de Kiruna al norte de Suecia,
la de Gran Bretaña y la del norte de España. La U. R. S. S. cuenta con buenos yacimientos de
hierro, particularmente los de Krivoi Rog en Ucrania, los de Tula, y los famosos de
Magnitogorsk, en los Urales, donde un constante ir y venir de largos trenes en forma de
lanzadera transporta, inversamente, carbón y mineral de hierro a los altos hornos levantados en
las dos bocaminas a 150 kilómetros de distancia. En el norte de Africa —Marruecos, Argelia y
Túnez— se extraen importantes cantidades de hierro, que se exporta en bruto a Francia, Gran
Bretaña, Alemania y Bélgica. Asia produce el 7 por ciento del total mundial, entre Manchuria,
China, la India y los Estados Malayos. Aunque Brasil y Chile poseen grandes reservas de
mineral de hierro, el hemisferio sur, incluyendo la producción de Australia, provee tan sólo el 2
por ciento de la mundial.