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GEOGRAFIA ECONOMICA - La caza y la pesca
LUGARES PESQUEROS
Las isotermas o líneas que señalan igualdad o similitud de temperaturas, indican las zonas de
transición entre unas y otras especies pelágicas u oceánicas. La zona tropical, limitada por las
isotermas de 20°, tiene sus especies propias, como ocurre en la latitud comprendida entre
aquella isoterma y la de 12° y la más al sur o al norte de ésta, según el hemisferio. La merluza, el
arenque, la sardina y el atún, entre otros, se hallan en las zonas templadas y frías del norte y del
sur; en cambio, especies de aguas frías, como el bacalao, el róbalo, el hipogloso, la platija, el
arenque y la caballa, que sostienen importantes industrias pesqueras en el Norte, sólo por
excepción se encuentran en los inmensos mares fríos del Sur. La pesca de mar se realiza, casi por
entero, en profundidades de menos de 100 brazas (una braza es igual a 0,16718 metros) y las 200
brazas constituyen el límite máximo. Es, pues, en las plataformas submarinas y los bancos, o sea
en los mares epicontinentales, donde se realiza la pesca de costa y de altura. En Europa, el mar
del Norte, los bancos de Islandia, Feroé y las islas Lófoden reúnen una superficie de 450.000
kilómetros cuadrados propia para la pesca de altura; en el Asia oriental hay una superficie de
más de 160.000 kilómetros y en la zona americana del Atlántico norte una extensión algo más
reducida. El banco Dogger, que es la pesquería más productiva de Europa, se halla a una
profundidad entre 12 y 30 metros; el banco Georges, que es la pesquería más abundante y
próxima a la costa oriental de los Estados Unidos, entre 15 y 30 m.
Como ya hemos visto, el plancton es el principal alimento de los peces, los cuales no encuentran
sustento en aguas puras ni pueden vivir de comerse unos a otros exclusivamente. Algas,
protozoarios, rotíferos, crustáceos, moluscos, huevos de peces y otros organismos forman el
plancton, con el concurso de elementos minerales y nitrogenados que proporcionan los caudales
de los ríos. Obsérvese esta rotación vital que hace depender de la tierra la vida del mar y del
mar la vida de la tierra. Los hielos flotantes —icebergs y témpanos— suministran también
materias alimenticias. En aguas poco profundas la luz del sol penetra hasta el fondo, al que
llegan las olas y los remolinos, y todo ello contribuye a fomentar la fauna marina.
Entre las especies de peces más conocidas, tan sólo el halibut llega a vivir en profundidades de
600 metros. En las regiones septentrionales el arenque aparece en la primavera, seguido del
bacalao y del róbalo, que se alimenta de él y de sus ovas; la caballa aparece entonces en el Sur y
emigra hacia el Norte, deteniéndose a desovar en los bancos menos profundos, donde las crías
encontrarán más abundancia de alimentos. Cuando son mayores, lo mismo que el lenguado y la
platija, se trasladan a las depresiones de las plataformas continentales. El bacalao, el rodaballo,
el róbalo, la platija y la merluza ponen de 5 a 10 millones de huevos por hembra y por año; el
lenguado, el halibut y la caballa producen entre cien mil y el millón.
Las dos especies pelágicas más importantes que se encuentran en las grandes pesquerías del
Norte son el arenque y la caballa. En ellas suelen emplearse dos tipos de embarcaciones: goletas
con motor auxiliar de gasolina o aceites pesados y remolcadores de vapor o con motor Diesel. La
mayor parte del arenque se pesca en zonas apartadas de la costa por medio de jábegas simples,
redes de agalla —muchas veces trincadas y de tres a cuatro kilómetros de longitud— y mangas
de pescar. Estos aparejos son operados desde las embarcaciones en forma de arrastre, rodeando
los bancos de arenques y halándolos después a bordo de aquéllas. Los bancos de caballa se
localizan mejor de noche por la fosforescencia que dan a la superficie de las aguas. Gran Bretaña
fue el primer país que empleó la pesca de arrastre con embarcaciones potentes, pero hoy las
flotas modernas noruegas no tienen rival. Las pesquerías americanas y orientales resultan
insignificantes comparadas con el volumen y capacidad de las europeas. En el mar del Norte,
grupos de cincuenta o más embarcaciones trabajan permanentemente durante largas
temporadas, servidas por vapores rápidos que las abastecen y se llevan la pesca recogida, para
ser consumida fresca en los mercados. Exceptuando el bacalao, que casi todo se consume seco, la
mayor cantidad de la pesca restante se consume fresca.