GEOGRAFIA ECONOMICA - La caza y la pesca
LA CAZA
LOS ESQUIMALES. - Es en verano cuando toda la población esquimal se dedica a la caza, el
hombre con su canoa de cueros, el arpón y el fusil, matando focas, morsas, narvales y delfines y
remolcándolos hasta las rocas, y las mujeres ocultándose en las rocas donde anidan los gansos,
unías y otras aves, y recogiendo los huevos. El verano dura de dos a tres meses, según la latitud,
y entonces el cielo es claro, el sol calienta y alumbra las veinticuatro horas del día. Es la época de
gran actividad, cuando hay que hacer provisiones para el invierno, no sólo de carnes, sino de
aceites, de pieles y de plumas. En otoño la caza se hace en trineos arrastrados por los perros y es
cuando se dirige contra los animales que, como el caribú, emprenden el viaje al Sur. Es también
la época de hacer buenas redadas de salmón en las superficies no heladas y cuando los
esquimales, cubriéndose con pieles de oso para engañar a las morsas y a las focas, pueden
cazarlas con el arpón al salir éstas a respirar por los agujeros que hacen en el hielo. Con el
invierno llega la larga noche polar y entonces hay que aprovechar la luna y recorrer a veces
largas distancias sobre la superficie helada para llegar a las guaridas del oso polar o del buey
almizclero y matarlos con la ayuda de los perros que arrastran el trineo. Los zorros y las liebres
se cazan todo el año con trampas o con piedras, pero su carne es más apetitosa de noviembre a
enero y las pieles son también mejores durante esta época. La vida del esquimal es dura y
arriesgada, pero su dieta no suele ser escasa. Tampoco le cuesta cambiar de residencia cuando la
caza y la pesca escasean y construir su igloos o choza de hielo en otra parte. El fusil del hombre
blanco fue para el esquimal un formidable auxiliar que le permitió aumentar considerablemente
el rendimiento de sus tareas.
