MNEMOTECNIA - ¡Desarrolle su memoria!
¡CLASIFIQUE Y RECORDARA!
El material clasificado es mucho más fácil de recordar que el desordenado. Por conocido,
parece inútil insistir en este hecho. Sin embargo, cuando un estudiante rinde examen, cuando
un empleado da cuenta a su jefe de la tarea cumplida, se pierden a menudo en un verdadero
laberinto. Invierten el orden de sucesión, de causalidad, olvidan puntos fundamentales y se
detienen más de la cuenta en cuestiones accesorias. Lo que pudo ser aclarado con dos frases
se convierte en un largo relato con balbuceos y saltos inesperados. Esto se aplica a todo orden
de actividad mental; por ello cualquier sistema mnemotécnico es bueno, pero a condición de
proceder ordenadamente. El procedimiento, ciceroniano y el de fantoches admiten cierta
libertad, por ser generales y aplicables a muchos casos; mas, en los ejemplos que seguirán, el
orden es la base del éxito. Una mente ordenada ganó la mitad de la batalla por el
mejoramiento de la memoria.
Concretemos con un ejemplo: observe la figura A durante un minuto y después procure
repetir el nombre de los objetos que están sobre la mesa. Pocos podrán enumerarlos y, con
seguridad, usted está entre ellos. Ahora fije la atención en la figura B durante medio minuto,
y pasado ese lapso, si hubo verdadera concentración, podrá enumerar sin equivocarse los
objetos distribuidos sobre la mesa. En ambos casos se trata de los mismos objetos. En la
figura 3 se encuentran en completo desorden la carpeta junto al lapicero, la pipa con las
botellas; con los libros, las copas, etc. En la figura
4 la mesa presenta otro aspecto: esta
dividida en cuatro secciones, y en cada sección un grupo de objetos afines entre ellos: botellas,
copas, carpeta; paquete de cigarrillos, pipa, cenicero y cigarrillo encendido; lápiz, lapicero,
tintero, escuadra; libros, periódico. El tiempo que diéramos para retener esta imagen fue
justamente la mitad que en el caso anterior, y con seguridad, su memoria se comportó
admirablemente. Ensaye este ejercicio con los muebles de su cuarto, los libros de una
estantería, una serie de fotografías, y verá cuán importante es el orden.
En el orden reside la base de toda educación mnemónica, y después de estudiar nuestro tipo
de memoria, de habernos convencido de sus fallas, acostumbremos nuestra mente al orden,
hábito que también será útil para cualquier circunstancia de la vida. Acostumbrados a
clasificar percepciones y recuerdos, cualquier
medio bastará para desarrollar una buena
memoria.