BOTÁNICA Parasitismo
PLANTAS PARASITAS
Los vegetales a los que les falta la facultad de elaborar sus propios alimentos orgánicos,
vegetales heterótrofos, no pudiendo vivir directamente a expensas de sustancias minerales y
orgánicas del aire y del suelo, necesitan encontrar el alimento ya preparado por otras plantas
y por los animales.
Tales vegetales se dividen en dos grandes grupos denominados saprofitos y parásitos. Los
primeros se nutren de materia orgánica muerta, en descomposición, y los segundos viven a
costa de otros seres vivos.
El saprofitismo es propio de las plantas inferiores, especialmente de hongos y bacterias, tan
numerosos en la naturaleza, unos útiles y otros nocivos al hombre.
La importancia biológica del saprofitismo es grande, porque actúa en el ciclo del carbono y
del ázoe en la tierra. Los organismos saprofitos son los que promueven la descomposición de
la materia orgánica y la formación de humus; intervienen también en la descomposición
química de los elementos rocosos, facilitando el aprovechamiento de los minerales por las
plantas.
Existen plantas que no son parásitas ni saprofitas; son las hemiparásitas. El hemiparasitismo
se manifiesta en las plantas que se alimentan a expensas del vegetal hospedador y en parte a
su propia costa, o sea realizando la fotosíntesis y retirando del suelo algunos elementos
nutritivos necesarios para su vida.
Para poder retirar de la planta hospedadora los alimentos por ella elaborados, los vegetales
hemiparásitos están dotados de aparatos especiales denominados haustorios, que absorben la
savia. Son bien visibles los haustorios de la planta vulgarmente denominada cuscuta (Cuscuta
umbellata), de la familia de las Convolvuláceas, y la "liga" (Loranthus, sp. varias), de la familia
de las Lorantáceas.
Planta parásita (Cuscuta) a la izquierda; a la derecha, arriba, la misma planta muy aumentada,
donde se pueden ver perfectamente los haustorios en número de 3 a 4 en los lugares en que el
parásito se une al tallo de la planta hospedadora. A la derecha, abajo, detalle del tallo de una
Lorantácea, pudiendo observarse nítidamente los haustorios.
El parasitismo más absoluto es, en forma idéntica a la que se observa en el saprofitismo,
peculiar a los hongos y bacterias. Todos los organismos que producen enfermedades en los
animales, las plantas y el hombre, son parásitos. El "mildeu" de la vid y los bacilos del tifo y
del carbúnculo, por ejemplo, son vegetales parásitos que retiran de sus víctimas los elementos
nutritivos que necesitan para vivir.
Racimo de uvas y fragmento del tallo de vid atacados por hongos parásitos que ocasionan la
enfermedad denominada "mildeu".
En el parasitismo hay un intercambio de sustancias entre el parásito y la planta hospedadora.
Es ese intercambio el que produce los trastornos parasitarios, comunes en el hombre y los
animales, ya que, como hemos visto, los parásitos producen toxinas que van a alterar y
perjudicar la fisiología y la misma morfología del individuo hospedador.
Una forma interesante de intercambio de sustancias entre el parásito y el hospedador es la
denominada simbiosis. Constituye la simbiosis una asociación de dos organismos en tal forma
íntima, que en ambos las vidas son dependientes entre sí.
Es una costumbre errónea llamar parásitas a las orquídeas que. habitan sobre los árboles.
Tales plantas no son parásitas, porque no retiran las sustancias orgánicas de sus
hospedadores. Viven de los alimentos retirados del polvo atmosférico, de los detritos que se
depositan junto a sus raíces aéreas, de los alimentos acarreados por las aguas de las lluvias y
de los riegos (cultivos artificiales), como también de los procesos fotosintéti-cos. Para
distinguirlas del parasitismo y del saprofitismo se ha introducido el término epifitismo,
denominándose epífita la planta. Son, por lo tanto, epífitas las orquídeas que viven en los
árboles y no parásitas como vulgarmente se viene repitiendo.