BIOLOGÍA - Sucesiones y formaciones
LOS ANIMALES
Debido a la movilidad de los animales, es mucho más difícil caracterizar sus formaciones.
Ellas acompañan, sin embargo, a los vegetales, pues así como éstos dependen
preponderantemente del clima, las formaciones animales son a su vez esclavas de la flora.
En la gran mayoría de los casos son las plantas las que suministran alimento y abrigo a los
animales. Es natural, por lo tanto, que con cada formación vegetal se relacione un grupo
determinado de la fauna.
Muchos animales sudamericanos sólo viven en la selva amazónica. Los monos de nariz chata
y cola prehensil, que no existen en los demás continentes, encuentran allí las mejores
condiciones para su vida arborícola, y lo mismo ocurre con otros mamíferos y muchas
especies de aves. La desmesurada opulencia de los ríos abriga variadísimos peces, tortugas,
caimanes, mamíferos de vida anfibia y hasta mamíferos estrictamente acuáticos, como el pez-
buey y el manatí ("uiera"), que, según la leyenda, se interpone en la vida de los hombres y
seduce a las doncellas.
Ya en los campos son otros los habitantes característicos. En el nordeste brasileño vive el
interesantísimo tamanduá (oso hormiguero). Propios de los campos, de norte a sur de nuestro
continente, son los avestruces, velocísimos en la carrera.
En las grandes alturas la influencia directa del clima sobre la fauna es más considerable. El
frío y el suelo accidentado exigen de los habitantes de las altas montañas adaptaciones
especiales. La llama, de apariencia semejante a la de un camello africano, pero cubierta de lana
finísima, es un buen ejemplo de habitante de la región andina, así como el majestuoso cóndor,
el mayor de los buitres, ave poderosísima e infatigable.