PSICOLOGIA - Salud y enfermedad mental
COMO PUEDE ENFERMARSE LA MENTE
INFECCIONES. Todas las infecciones pueden dar lugar a desequilibrios y enfermedades
mentales, aun cuando los microbios o virus productores no actúen directamente sobre el
sistema nervioso, pues su acción dañina puede ejercerse a través de la sangre mediante la
inoculación de venenos (toxinas) desprendidos de su materia. No obstante, se comprende que
las alteraciones mentales más graves sean las producidas por la acción de bacterias o virus que
actúan directamente sobre las células de la corteza cerebral; tal ocurre, por ejemplo, con el
espiroqueta productor de la sífilis. Además de la sífilis, la tuberculosis, la encefalitis
epidémica, la meningitis cerebroespinal y el tifus hay muchas fiebres de las llamadas
"eruptivas" que son capaces de engendrar graves y persistentes déficit del funcionalismo
mental, sobre todo cuando atacan al organismo en su infancia.
INTOXICACIONES. Estas pueden ser accidentales o voluntarias. Por algo se ha dicho que "el
hombre no muere sino que se mata", dando a entender que por ignorancia o por vicio nos
exponemos a la acción dañina de venenos y sustancias capaces de acortar nuestra vida. Entre
éstas figuran algunos "alcaloides" como la morfina, la cocaína y sustancias estupefacientes y
excitantes
diversas. Quizá, no obstante, las más difundidas son las contenidas en licores y
brevajes alcohólicos, que multitud de personas ingieren en cantidades excesivas. También hay
intoxicaciones profesionales, tales como las originadas por diversos gases y emanaciones en
minas y lugares subterráneos (cloacas, pozos, etc.) y la producida por el plomo (intoxicación
saturnina) en algunos cajistas de imprenta, plomistas, etc., que no usan suficientes
precauciones. Pero la
fuente más importante de toxinas capaces de alterar el funcionalismo
mental es el propio cuerpo, cuando algunos de sus principales órganos desintoxicantes
(hígado, cápsulas suprarrenales, riñón, intestino, etc.) se enferma. Es así como en una mayoría
de enfermos corporales crónicos se presentan alteraciones psíquicas más o menos importantes,
que permanecen en segundo plano por hallarse la atención centrada en la enfermedad
orgánica, pero que son capaces de complicarla.