PSICOLOGIA - El precio de la civilización es el sufrimiento
LOS PELIGROS DEL ATERRIZAJE Y DEL "VIVIR EN LAS NUBES"
Nos dicen los psicólogos prosaicos que
esa maravillosa actividad imaginativa se basa
fundamentalmente en la combinación de las huellas de las imágenes sensoriales, de acuerdo
con determinadas leyes. De esta forma vienen a suponer que en el territorio de la vida mental,
lo mismo que en el de la vida terrenal, se cumple el nihil novum sub sole (nada hay nuevo
bajo el Sol).
Pero lo cierto es que si no hay nada substancialmente nuevo, cada cual puede
crear mucho formalmente nuevo y ello basta para el progreso humano y para el alivio de las
penas. Sin embargo, la educación individualista moderna ha ido quizá demasiado lejos en el
uso de ese recurso y lo ha convertido en abuso. Mal está "atrofiar" la imaginación y prender a
los niños de la "dura realidad", pero quizá más peligroso resulta abusar de historias, mitos,
fábulas, juegos mágicos y ficciones, creando un estado de "artificialismo", tan exagerado en
muchos casos que, paradójicamente, dificulta, en vez de facilitar, el ajuste personal. En efecto,
acostumbrado a moverse en un mundo sin trabas, en el que dominan a su antojo, pues todos
los obstáculos se desvanecen bajo el soplo de la voluntad imaginativa, tales niños no toleran el
esfuerzo del trabajo. Apenas enfrentan una situación desagradable reaccionan
encerrándose
en su "torre de marfil" (muchas veces, para mayor comodidad buscan un escondrijo, o se
tumban sobre la cama) en vez de buscar el modo de solucionarla eficazmente. Y es que del
propio modo como quien vuela tiene miedo de aterrizar, también quien "vuela con su
imaginación" tiene miedo de "darse de narices con la realidad". Así, no es extraño que decida
vivir entre sus nubes de fantasía; entonces se le presenta un mayor peligro y es: el aislamiento
del mundo social que empieza, a su vez, a tratarle como a un extraño o "alienus" (ajeno) a él y
lo convierte, así, en un alienado. Ser alienado no significa precisamente haber perdido la razón,
sino haber perdido el contacto con la realidad social hasta el extremo de incompatibilizarse
recíprocamente el individuo y el grupo humano en que vive. Los antiguos llamaban a esos
sujetos que viven entre nubes, "lunáticos", es decir, habitantes de la Luna y... los encerraban
entre los muros del manicomio en el mejor de los casos (en el peor de ellos se creía que
estaban poseídos de un mal espíritu y los asaban en la hoguera).
De esta manera comprendemos que la imaginación es un puente tendido entre la Razón y la
Locura. Su falta es penosa, pero su exceso de carga es peligroso.