PRIMEROS AUXILIOS - Inyecciones
La inyección es el acto médico por el que se introduce una sus-tanda dotada de propiedades
medicamentosas en el organismo por vías que no son naturales. Es un acto que debe realizarse
por técnicos, enfermeros, médicos, etc. Pero es evidente que quien se encuentra ante la
necesidad de practicar auxilios puede verse en el dilema de realizarlo para ser realmente útil.
A lo largo de estas páginas, muchas veces, nos hemos referido a las inyecciones que son
necesarias, mas ciertamente que lo hemos hecho con la idea de que no podríamos en el caso
dado ejercer una verdadera ayuda sin ellas, y con la de que quien auxilia es a veces un
sustituto del médico improvisado por la necesidad; por eso hemos agregado a estos auxilios, el
arte de poner inyecciones.
Por otra parte, se generaliza hoy la técnica de las ampollas autoinyectables, es decir, que el
medicamento está contenido en un envase semejante al instrumento que el médico o el
enfermero empleaba. Es evidente que este progreso está destinado a garantizar por el uso
individual de cada droga, la esterilización de la sustancia que se inyecta, la cual, a la vez es
colocada así, por la simplicidad del manejo, al alcance del público medio. Es, pues, necesario
que expliquemos sintéticamente en qué consiste una inyección.
Las ventajas de la inyección de medicamentos por otras vías que las naturales derivan de la
acción rápida que éstos pueden producir sin modificarse por los jugos digestivos y a una dosis
fija.
Los inconvenientes derivan de la necesidad de una técnica precisa para ocasionar el mínimum
de dolor y tomar todas las precauciones de higiene (asepsia completa) para no introducir en el
organismo gérmenes, que, ocasionando la infección del lugar en que se puso la inyección,
determinen la producción de abscesos purulentos.
Hay muchas vías de introducción de medicamentos. Prácticamente el médico ha ensayado el
llevar la sustancia presuntivamente curativa a todos los lugares y por todas las vías posibles
del cuerpo humano, pero las fundamentales o las más comunes son: la hipodérmica o
subcutánea, la intramuscular, la endovenosa y la intrarraquídea. De éstas consideramos que
sólo las dos primeras pueden realizarse por legos que no dispongan de otra instrucción que la
que puedan adquirir por sí solos y que se encuentren en la imprescindible necesidad de actuar.
